En México, la sustentabilidad aplicada al entorno construido ha sido asociada a certificaciones como LEED® y a ecotecnologías tales como paneles fotovoltaicos, aerogeneradores, equipos de aire acondicionado de alta eficiencia, por mencionar algunas. Entre los desafíos actuales de la sustentabilidad para desarrollos inmobiliarios destacan la monetización de beneficios intangibles y el acceso a mecanismos innovadores de financiamiento. Recientes iniciativas internacionales perfilan ya sólidas respuestas a estos retos, reforzando el ‘caso de negocio’ para los portafolios de inversión inmobiliaria con enfoque sustentable.
La realidad actual nos confronta con hechos irrebatibles: este 2015, un número importante de instituciones de banca establecieron metas ambiciosas en el uso del financiamiento para atender retos críticos de la sociedad. Por ejemplo, Bank of America anunció un compromiso de 50 mil millones de dólares para soluciones de bajas emisiones de carbono. Asimismo, Citibank asumió un compromiso de 100 mil millones de dólares para reducir el impacto del cambio climático y proveer soluciones medioambientales que beneficien a la sociedad. Sumado a esto, los bancos Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Morgan Stanley y Wells Fargo, juntos emitieron un comunicado, invitando a líderes del mundo a formalizar políticas contra el cambio climático. En los mercados de deuda, Deutsche Bank anunció su intención de invertir mil millones de euros en bonos verdes, haciendo eco a los anuncios recientes de Barclays y Zurich Insurance Group.
Con mayor frecuencia, los inversionistas han expresado su interés en identificar y cuantificar los factores de desempeño para ESG (de sus siglas en inglés, Medio Ambiente, Social y Gobernancia) integrados en la deuda de bienes raíces. Estos también reconocen que la integración de asuntos de ESG en los procesos de decisión para inversión y gestión de bienes raíces es una importante práctica emergente.
Así, la evaluación comparativa del rendimiento de la sostenibilidad de las empresas propietarias y administradoras de fondos de bienes raíces, ayuda a generar y fortalecer las fuerzas de mercado necesarias para traer asuntos de Medio Ambiente, Sociedad y Gobernancia (ESG) a la vanguardia de los negocios. Al participar en el programa voluntario GRESB (evaluación de sustentabilidad en bienes raíces, por sus siglas en inglés, Global Real Estate Sustainability Benchmark) empresas y gestores de fondos podrán administrar mejor sus carteras de cara a retos tales como la volatilidad del suministro energético, legislación más estricta en el combate del cambio climático, aumento de los requisitos en eficiencia energética y el cambio de las preferencias de inquilinos corporativos.
GRESB se fundó hace seis años en los Países Bajos, atendiendo la creciente necesidad e interés de instituciones financieras y fondos de inversión en validar las estrategias de sustentabilidad ambiental, responsabilidad social y gobernancia interna que sus portafolios compuestos por bienes raíces estaban implementando, y su desempeño real en estas áreas.
Desde su fundación, GRESB ha logrado evaluar 2.3 billones de dólares en valor de activos en bienes raíces, 61 mil propiedades inmuebles cubiertos, 87 miembros pertenecientes a gestores de fondos y compañías real estate, así como 707 participantes en total. Dentro de los rubros que esta evaluación contempla, se encuentra la administración de las empresas, riesgo climático y resiliencia, transparencia y garantías, desempeño energético, gestión de residuos y uso de agua, salud y bienestar, y participación de comunidades e inquilinos.
Dentro de los miembros de gestores de fondos y compañías que reportan en GRESB, destacan CBRE Global Investors, JP Morgan Asset Management, Prologis, Prudential, Grosvenor, Boston Properties, por mencionar algunos. Los participantes de esta evaluación son de diversos países con portafolios diversos en tipologías industrial, comercial y residencial, y algunas de las empresas son: Credit Suisse, Aberdeen Asset Management, AXA Real Estate, Delancey, Investa, Morgan Stanley, Oxford Properties Group, Thor Equities, entre muchos otros.
Es una realidad que la extensión del uso de certificaciones de sustentabilidad aplicada a las edificaciones, tales como LEED, BREEAM, CASBEE, por mencionar algunas, han facilitado el reporteo ambiental corporativo para asset managers y property managers en todo el mundo. La certificación LEED, la más usada y reconocida en México, ocupa el primer lugar de estándares internacionales que las propiedades que reportan en GRESB usan, acopiando el 30% del total de la base.
En México aún no hay empresas nacionales que tomen parte de esta evaluación de portafolios inmobiliarios sustentables. Sin embargo, hay empresas que operan en el país hoy en día y que reportan su desempeño de propiedades en todo el mundo. En el continente hay 10 miembros, todos actualmente en Brasil, de los cuales 1 es una compañía pública y 9 son entidades privadas.
Bioconstrucción y Energía Alternativa (BEA), como empresa consultora pionera y líder en el mercado latinoamericano de la edificación sustentable y certificación LEED®, promueve a GRESB en México y el continente, promoviendo decididamente el desarrollo de la sustentabilidad en el entorno construido desde la conceptualización de las propiedades, pasando por las mejores prácticas en operación y mantenimiento, hasta su viabilidad financiera y cumplimiento de ESG.
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