Los edificios inteligentes surgen de la integración
de la construcción, la tecnología y los sistemas de provisión de energía. Son
la mejor representación de la arquitectura sostenible. Los sistemas de
inmótica pueden incluir automatización, seguridad, telecomunicaciones,
sistemas de usuario y sistemas de gestión de instalaciones. Los edificios
inteligentes reconocen y reflejan los avances y la convergencia de los sistemas
individuales, sus elementos comunes y la funcionalidad adicional que proporciona
la integración.
Los edificios inteligentes proporcionan el enfoque más
eficiente en costes para el despliegue de los sistemas tecnológicos para
edificios. La forma tradicional de planear y construir un edificio es diseñar,
instalar y operar cada sistema por separado. Un edificio inteligente integra
basa su diseño e instalación en la integración de todos los sistemas. Este
proceso reduce las ineficiencias en las fases de diseño y construcción,
ahorrando tiempo y dinero.
La operación de un edificio inteligente integra los
sistemas y subsistemas tecnológicos horizontal y verticalmente. Esta
integración domótica permite que la información sobre el funcionamiento
del edificio pueda ser utilizada por todos los sistemas independientemente del
sistema que genere la información (integración horizontal), y que el sistema de
decisión contemple el detalle o la agregación de información de cada subsistema
(integración vertical). La información se hace ubicua para todos los sistemas y
para sus ocupantes u operadores, a nivel física, lógico y aplicativo.
Los cimientos de los sistemas de un edificio inteligente
son: cableado estructurado, protocolos de red abiertos y bases de datos
estandarizadas.
Los edificios inteligentes también constituyen un elemento
crítico en la sostenibilidad energética y los smart grid. Los sistemas de
automatización que forman parte de un edificio inteligente, como los de gestión
de climatización, medición y gestión energética control de soleamiento y
control de la iluminación, juegan un rol protagonista en la definición de la
eficiencia energética real del inmueble. El Smart Grid depende para de los
edificios inteligentes para su despliegue.
Con la construcción de edificios inteligentes todo el
mundo gana. El valor del edificio aumenta para los promotores inmobiliarios y
los propietarios. Para los administradores de propiedades e instalaciones,
estos edificios ofrecen subsistemas de gestión más eficaces y más eficientes,
tales como la racionalización de la gestión global del edificio. Para los arquitectos,
,ingenieros y contratistas, permiten combinar el diseño y la construcción con
el consiguiente ahorro en la gestión global del proyecto.
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